lunes, 28 de junio de 2010
El año que decidimos odiarnos.
Acabamos de cumplir veinticinco, y arrastrabamos el odio como lastre. Aquel verano fue el más díficil de toda nuestra vida. Discutíamos de lunes a sabado, y dejabamos los domingos para follarnos, pues ya no había nada de amor en mis besos ni en tus jadeos.
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